Uno de los grandes ideales es que la humanidad fuera una auténtica fraternidad. No se trata sólo de un valor cristiano sino que la misma sociedad actual lo tiene asumido. La época que en 1789 abre la Revolución Francesa comienza con el grito de “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, aunque en el momento presente quizás pese más y sea más atractiva la libertad que la igualdad y la fraternidad.
Leyendo el libro de José Luis Parada “Francisco y el respeto a la vida” he encontrado una exposición sobre la fraternidad franciscana que me ha parecido muy pertinente y voy a intentar expresar en las líneas siguientes.